Poder decir ¡NO!

Cuando Gustavo Cerati canta es maravilloso, pero lo que dice, es mucho mejor, “Poder decir adiós es crecer”. Siento que esa frase refleja mucho algo de la industria de la publicidad y comunicaciones, solo que yo diría "Poder decir NO, es crecer".

Alexis Maturana
El cliente NO siempre tiene la razón y muchas veces el gran error de las agencias es decirle que ¡Sí! a todo lo que venga desde su mail o whatsapp en el peor de los casos. Aprender a decir que NO, es una ayuda gigante tanto para el cliente como para la agencia, a quien se le facilita el trabajo de crear lo que el cliente quizás desconoce, porque sabemos que muchas veces no logra expresar bien su idea hasta que la ve ejecutada. ¿A quién no le ha tocado jugar a las adivinanzas con los brief de clientes?

No hay nada peor que un “cliente mimado”, al que se le dice que Sí, a cada cosas que se le ocurra. Es cierto, nosotros estamos a su servicio, pero sabemos cosas que él/ella/ellos(as) no saben, por algo pagan por lo que no saben hacer.

Sé que el o la ejecutiva de cuentas, tiene que lidiar día a día con clientes y entiendo que no es nada fácil. Que tratan de mantenerlo/la más feliz y/o satisfecho/a que se pueda ante sus embistes de dudas y solicitudes que, incluso siendo cliente desconoce.

No es para nada simple, pero a veces el área de cuentas debe aprender a decir que NO cuando corresponda. Y es que hay cientos de solicitudes (post entrega de brief) que no se ajustan a las ideas trabajadas, constantemente rompen códigos visuales de un trabajo ya aprobado y ojo, solo ocurre porque “tuvo una idea mejor”. Está correcto escuchar, pero también debemos educar y recomendar el camino correcto según la visión de profesionales capacitados de la comunicación persuasiva.

Insisto, nosotros somos quienes sabemos de colores, conceptos, ideas, usuarios finales, redacción, y un sin fin de otras cosas que se resumen en estudiar una carrera relacionada con comunicaciones, con esto quiero decir que debemos trabajar a la par con cliente que es que sabe mejor de su negocio.
Debemos escucharnos mutuamente. Eso conlleva que, a larga, surjan resultados maravillosos, pero cuando el cliente se pone en su posición de falso “alfa” solo porque es quien “paga” las cosas pierden el norte, el sur, el este y el oeste.
 

Alexis Maturana
Es cierto, es el "mecenas", pero antes de eso, todos somos seres humanos, y una mala relación afecta, sin duda, a todo un equipo que pasa por procesos creativos que no son simples.
Si el cliente fuese más consiente de que la publicidad, el diseño, redacción, dirección de arte, entre otras profesiones que hay dentro de la agencia, son, en parte, los motores generadores del “dinero que nos paga”, sin duda sus ganas de ponerse adelante o sobre, disminuirían. Enfatizo en que se debe trabajar a la par, no hay nada más frustrante para un equipo creativo transformarse en “hacedores o repetidores de textos y gráficas”.

Estamos en una era en donde todos debemos trabajar en conjunto. Los creativos ya no son los que antes eran una suerte de especie única, casi extintas, los “locosh” que solo pensaban ideas y nada más ¡YA NO EXISTEN!, todos en la agencia SON CREATIVOS (y cualquier persona común lo es).

En una agencia a todos se les puede ocurrir una idea. La capacidad de generar soluciones no es exclusiva de un "selecto" grupo de personas que baja de Etéreo Olimpo Creativo para salvar vidas. Los nuevos creativos de las agencias (todos), debemos ponernos en lugar del cliente y viceversa, esto, a mí parecer, producirá una simbiosis entre lo que el cliente tiene como objetivo, pero que no sabe expresar de la mejor manera y lo que el equipo de la agencia disfruta hacer, es decir, publicidad y creatividad.


En resumidas cuentas, trabajar en una agencia de publicidad es una batalla diaria. No es rutinario, me encanta y respeto mi profesión, pero hay días como hoy en los que tengo algo de rabia y pena, no soy blogger ni redactor, camino día a día por la dirección de arte, pero creo que con estas sencillas palabras, transmito (y represento a muchos) que “Poder decir NO, es crecer”.

¡Saludos! 

Alexis Maturana.

Edición: Nicolás Landauro Constanzo.