No soy especial, soy diferente como tú

Hola soy Alexis, soy autista, me enteré hace algunos meses atrás. No es algo que cuente a menudo para no generar un sesgo profesional, pero hoy, que es el día de la concientización del autismo, te quisiera contar primero que el autismo ¡no es una enfermedad!, es una condición de nacimiento, donde nuestro cerebro procesa y siente el mundo de manera diferente.

The new brief times
Todos los autistas somos diferentes, incluso compartiendo reacciones a los mismo estímulos, no nos afectan de igual manera, por eso se le llama “espectro autista” porque el margen de afectación es muy amplio. Lo mismo que la condición, hay quienes somos personas con características autista (y que estamos en el espectro), que somos completamente funcionales e independientes, como quienes no lo son.

El autismo, como otras condiciones o enfermedades a veces no son evidentes, pero eso no las hace invisibles, y resulta algo particular que, cuando las personas se enteran, yo no cumpla la imagen de autista que tenían, ya sea por la falta de información o exceso de Netflix.

Personalmente me estoy redescubriendo y reconciliando con mi pasado, pues respondí muchas preguntas en mi cabeza y ha sido un viaje de aprendizaje, es preciso señalar también que el diagnóstico de “Asperger” por sí solo se eliminó, ya que se determinó que es parte de la misma condición dentro del espectro.

Lo segundo que quisiera hacer, es compartir mi perspectiva de salud mental como “nueva” persona neurodivergente dentro de la industria a la que pertenezco hace más de 10 años, tiempo durante el cual he conocido muchísimas personas, desarrollándome profesionalmente como director de arte, retocador y/o productor digital en algunos instantes, teniendo la oportunidad incluso, de dirigir equipos de agencias, siendo mi mayor logro ser DGC, (tiempo después de haber trabajado ahí me enteré que dejo de existir).

Como ya te diste cuenta que ser autista no me ha limitado, por mi condición es muy normal en mí, estar en silencio, con audífonos y observar mucho mi entorno. Con base en aquello es que escribo lo que leerás aquí, con ribetes de crítica, diagnóstico o radiografía que, quizás incomoda, pero que sólo hago con el afán de exponer algo de lo cual, creo todos sabemos pero que quizás se habla poco.

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Es sabido por todos quienes estamos dentro del mundo de las agencias, puede tocarnos la ocasión de hacer campañas sobre concientización de alguna patología, enfermedad o condición mental (u otra). Es ahí donde muchas veces descubrimos muchas de las características de aquello, y se desarrolla toda una estrategia, un concepto creativo, un fraseo que te mueve la conciencia, una campaña que en algunos casos se piensa para “premio", pero a veces resulta irónico que esa mismas ganas de motivar o comunicar sobre lo importante de la salud mental, se quede sólo en un discurso del video caso, en el fraseo radial, o en el concepto, pues dentro de las paredes de la agencia o lugar de trabajo, esa conciencia no existe.

Digo no existe porque más de una vez me ha tocado tener que consolar a personas que llorando me han dicho que están agobiadas por el stress ocasionado por largas horas de trabajo y excesiva sobrecarga, he tenido que escuchar el llanto en desesperación de una compañera de equipo que se desahogó conmigo porque un DC le trato mal, o enterarme que una directora de cuentas dijo a una Directora de Arte “Que no se podía hacer cargo de su situación mental, pero que necesitaba las gráficas urgente”, cuando ella solamente pedía un momento para regularizarse. ¿En qué momento se nos olvidó que somos personas trabajando con personas?

Las cabezas de equipo suelen estar limitados de tiempo, sé, por experiencia propia, que ser cabeza de equipo requiere capacidad de atención y reacción, ser resolutivo a los problemas que el equipo pueda estar experimentando, pero también sé, que se requiere otorgar confianza al equipo, corregir y ajustar lo que sea necesario con el criterio profesional correspondiente, y no con el criterio subjetivo de la guata.
La falta de tacto es algo que algunas personas en su “ego” tienen muy normalizado, te puedo contar que muchas veces vi como se desmoronaban personas (me incluyo), cuando nos decían en tono, en algunos casos, algo despectivo: “Nooo, no pasa naaaaa con eso” muletilla que tenían muy pegada el grupo de cabezas de equipo, desvalorizando por completo el trabajo de horas o días en algunos casos, incluso habiendo hecho los ajustes que esa misma persona había pedido.

Es cierto, nos podemos equivocar, no te digo que nos traten con algodones, somos adultos, sólo te digo que no olvides jamás que somos personas, y que muchas de esas personas podemos ser neurodivergentes (o no), y que una palabra puede realmente desarmar a una persona, pues resulta triste enterarte que una CM lloró en el baño porque está sobrepasada de trabajo y le siguen exigiendo un nivel de urgencia que sólo se ve en hospitales donde realmente si hay urgencias, he visto con decepción como se normaliza trabajar a deshoras, de lunes a lunes, ver como la salud mental de mi equipo se estropeaba cada día más, o escuchar decir a una recién egresada de publicidad Ale, estoy tan arrepentida de ser publicista”¿Te has puesto a pensar cuánto talento se ha perdido porque en su primera experiencia laboral, lo paso pésimo?

Creo que existe una mala normalización de violencia pasiva, te lo cuento porque no puedo dejar de mencionar cuando un DC me dijo: “Es que si a mí me ponen el pie encima, yo les tengo que poner el pie encima a ustedes también”, tratando muy erróneamente hablar de presión laboral, con los eufemismos mal escogidos, pues él, además, me decía que sus modelos de liderazgo fueron así de “duros” con él y que ese era su modelo. ¿En qué momento dejamos de cuestionarnos los modelos de malos liderazgos? Si tuviste “malos ejemplos” ¿Por qué repetirías el patrón de conducta? Hay muchas cosas que no entiendo, pero al menos a mí, no me resulta lógico aquello.

Yo tampoco he sido el mejor líder, pero cada vez que he tenido la oportunidad de ser cabeza de equipo, intento equivocarme menos que la vez anterior, no me olvido que trabajo con seres humanos, que no todos tienen la misma capacidades que yo, ni yo las de ellos y que siempre podemos detenernos a enseñar mutuamente.

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Al ser autista, he tomado más conciencia de lo importante que es salud mental. Probablemente muchas personas que me conocen y me están leyendo ahora, se acaban de enterar de mi condición, pues nunca ha sido muy evidente y por lo mismo, lo que he intentado transmitir en estas líneas, es que la salud mental en la industria de las ideas, es un tópico al que muchas veces se le hace la vista gorda por conveniente desconocimiento, pero es algo tan evidente, cuando pones atención, que no debería ser mirado por encima del hombro.
Presta atención que, de seguro, en tu agencia hay más de alguien que va a terapia o que se regular con medicamentos y que cada día puede resultar en una batalla para ir a trabajar nuevamente.

Somos creativos, pero antes que eso somos seres humanos, soy autista y no poseo la capacidad de empatizar, pero sí de entender el sentimiento, pero si tú puedes empatizar, creo que te será mucho más comprensible entender el dolor, tristeza, frustraciones de tus compañeros de equipo. Muchas veces un oído puede resultar en el mejor de los bálsamos de alivio para las personas.

Hoy seamos conscientes del autismo y de las muchas neurodivergencias que existen dentro de la industria, pero sobre todo, de la salud mental dentro de la misma, sin necesidad de ser parte de la neurodiversidad.

¡Saludos! 

Alexis Maturana.